Pablo Gálvez, un hombre de 60 años, recibirá una indemnización de 70 millones de pesos tras haber sido víctima de un diagnóstico erróneo de cáncer terminal. En un principio, los médicos le diagnosticaron una enfermedad terminal. Lo que llevó a tomar la decisión de someterlo a un tratamiento agresivo, como es la quimioterapia.
Durante este proceso, Gálvez pasó por tres sesiones de quimioterapia. Lo cual le ocasionó efectos secundarios graves. Sin embargo, con el paso del tiempo, los médicos finalmente rectificaron el diagnóstico y descubrieron que no padecía de cáncer. Si no de una condición mucho menos grave.
Este error médico, que causó un sufrimiento físico, emocional y psicológico a Gálvez, le validó el derecho a recibir una compensación millonaria de 70 millones de pesos. Como parte de la indemnización por los daños ocasionados.
¿Cómo ocurrieron los hechos?
Todo se remonta al 1 de diciembre de 2017, cuando Pablo Gálvez, exuniformado y actualmente dedicado a la administración de propiedades, llegó al servicio de urgencias del Hospital Militar de Santiago (HMS) por un intenso dolor en la zona de la vesícula.
Según consigna el medio LUN, debido a la gravedad de los síntomas que presentaba, fue ingresado al hospital para recibir atención médica inmediata. Tras varios exámenes y evaluaciones, los médicos inicialmente sospecharon de una patología mucho más grave, lo que llevó a realizar pruebas adicionales y a un diagnóstico de «cáncer».
Después de realizarse los exámenes, le advirtieron que tenía un «colangiocarcinoma intrahepático con grado intermedio de agresividad». O sea, tenía un cáncer con origen en los conductos biliares que se había ramificado al hígado.
El 28 de marzo del año 2018, Pablo Gálvez recibió su primera quimioterapia de un total de tres «Me hicieron una pequeña cirugía para instalarme un catéter en el hombro por donde pasaba la droga. Tenía que hospitalizarme y me dejaban en observación un par de horas después para ver cómo me sentía», confesó al medio citado anteriormente.
«Eran cantidades menores de droga, pero igualmente me sentía pésimo. Las programaba los días jueves para recuperarme el fin de semana. Me acuerdo de que me iba a la pieza de mi hijo y cerraba las cortinas para dormir sin parar. Me dolía todo el cuerpo», relató la víctima.
Gravísimo error en el diagnóstico
Seis meses después, lo llamaron nuevamente del hospital para informarle del mal diagnóstico que se le había realizado «Yo reconozco que me alegré muchísimo cuando la doctora dijo que se había equivocado de diagnóstico, que nunca tuve cáncer, que tengo una lesión biliar hamartomatosa, denominada complejo de Von Meyerburg. Es una enfermedad congénita y benigna», comentó Gálvez.
«Yo recibí una muy buena atención en el hospital. No tengo ninguna queja al respecto. De hecho, me sigo atendiendo ahí, porque al ser pensionado del Ejército, no tengo otro seguro de salud. El problema es que la oncóloga se equivocó feo y no hubo ningún arrepentimiento», señaló.
«Solicité una reunión con el directorio del HMS y les solicité dos cosas: que me pidieran disculpas y que me reembolsarán los gastos que no me cubrió el sistema, cinco millones de pesos. Me dijeron que no a ambas cosas, entonces demandé», concluyó.
