Para contar como llegamos a la celebración de este día hay que remontarse al siglo lll, cuando el emperador Claudio II prohibió los matrimonios entre jóvenes soldados.
Según los relatos más antiguos e históricos, existió un sacerdote, llamado Valentín, que desafío este orden y continuó celebrando bodas en secreto, según explicó el National Geographic.
Fue pillado, y como consecuencia de su desobediencia, fue arrestado y condenado a muerte.
El oficial a cargo de la custodia del sacerdote lo retó a curar la ceguera de su hija Julia, quien había nacido sin visión.
Valentín ayudó, y en nombre de Dios le curó la ceguera a la joven. Este milagro provocó que el oficial y su familia se convirtiesen en creyentes.
Pese a este milagro, el sacerdote seguía encarcelado. Terminó siendo decapitado en 269.
Las leyendas y mitos, comentan que Valentín, enamorado de Julia, le envió una carta de despedida firmada como “De tu Valentín”, lo que dio origen a la expresión, que en inglés es, “From your Valentine” en las cartas de amor.
A modo de agradecimiento y cariño, Julia plantó un almendro junto a su tumba, el cual floreció con hermosas flores rosadas. Es por esto, que este árbol simboliza el amor y la amistad perdurables. Esto según lo consignado por la cadena estadounidense.
¿Cómo partió la celebración de San Valentín?
Mucho tiempo después, la Iglesia Católica, tomo esta fecha y desarrolló su festividad el 14 de febrero.
Aún más tarde, gracias a la literatura medieval, especialmente por la influencia de escritores como Geoffrey Chaucer, este día tomó un día más romántico.
Finalmente, la festividad se consolidó como una fecha especial para los enamorados. En el siglo XIX, la costumbre de intercambiar cartas evolucionó y pasó a lo que actualmente conocemos y tenemos como tradición, que es regalar flores, chocolates y otros obsequios.