A pesar de que Oriana Marzoli sigue apareciendo en pantalla gracias a su participación ¿Ganar o Servir?, durante la tarde de este miércoles, se confirmó que Oriana Marzoli es la nueva participante de Palabra de Honor.
«No es lo mismo para el resto que para mí sobrellevar un reality. De mí se tiene una expectativa más alta, y siento que tengo que cumplir con lo que quiere ver de mí el público, así que me esfuerzo el triple que muchos de los que están ahí. Y no creo que haya muchos personajes que hayan hecho cinco realities en Chile», sostiene la venezolana-española.
Además, Oriana Marzoli asegura que aceptó entrar al programa porque se debe a su público. «Quiero complacerlos porque he salido con muchísimo más apoyo del público del que tenía en otros realities. Yo sé lo que valgo, he visto algunos realities que se han hecho sin mí, y no es lo mismo. Hay algo que yo tengo, que genero muchas pasiones: o me ultra amas de fanatismo o me ultra odias».
«Personajes tan completos como yo no hay: soy polémica, divertida, simpática, enojona, caprichosa, sincera, espontánea, natural, leal, buena competidora. Yo te aporto toda la gama, all inclusive», enfatiza la joven.
En torno a cómo siente que ha cambiado su imagen con su participación en ¿Ganar o Servir?, afirma que se siente más madura que antes. «Creo que la gente ha valorado que haya mejorado un poquito mi forma de discutir. Ahora ya no me quedo en lo superficial, ya no recurro a lo físico, puedo discutir usando argumentos, y eso es un avance. Antes era un poquito más tonta, una niña inmadura, pero la gente con la edad va avanzando, creciendo y madurando».
Lo que espera Oriana Marzoli de Palabra de Honor
Y ya en torno a Palabra de Honor, Oriana Marzoli se define como muy poco disciplinada. «Mi relación con la disciplina es nula. Al gimnasio voy cuando me apetece, no sigo una rutina, intento ir casi siempre cuando estoy en Madrid. Y no me gusta mucho que me mandoneen, me pone de los nervios que venga alguien con afán de general cuando no es general de verdad. Por algo no quise entrar nunca en el Servicio militar».
«Si me apetece algo, lo hago, y si no me apetece, no. A mí la única que me manda es mi mamá, y ni eso», indica.