Durante la mañana de este jueves 29 de agosto, se dio a conocer la lamentable muerte de Patricio Copano Sánchez, padre de Nicolás y Fabrizio Copano. Esto luego de enfrentarse a un duro cáncer.
El encargado de informar la triste noticia fue el mayor del clan, quien a través de su cuenta de X (Twitter), emocionó a sus seguidores al escribir: «Mi papá se fue ayer 28 de agosto. Hoy lo recordamos. Papá siempre llegaba», junto a una crónica llamada «oda a un padre bueno».
En el emotivo texto, Nicolás Copano se refirió al gran ejemplo que fue tanto para él como para sus hermanos, Fabrizio y Samantha. Además de recordar diferentes vivencias con él.
Mi papá se fue ayer 28 de Agosto.
Hoy lo recordamos. Papá siempre llegaba.https://t.co/nC5z7fq2HJ— Nicolas Copano (@copano) August 29, 2024
La emotiva despedida de Nicolás Copano a su padre
«Su primogénito nació un 28 de agosto y 38 años después, en la misma fecha, él se fue. En un país de papitos corazón, hubo uno que hackeó su propio dolor y lo transformó en un trampolín de amor», comenzó escribiendo.
Siguiendo por esta línea, el hermano de Fabrizio Copano agregó: «Mi papá es enorme: obsesivo, meticuloso, preocupado. Me dejará tranquilidad porque eso hacen los buenos padres. Alguna vez, cuando era niño, pensé que todos los tenían. No es así, lo aprendí. Soy privilegiado, y todos los que lo rodeamos somos afortunados de haberlo tenido en el plano físico de nuestro lado».
«Papá no tuvo papá. O sea, sí lo tuvo, en algunas cosas. Pero no de la manera en que él fue con nosotros. A una escala como las catedrales que ahora visito cuando viajo para entender la arquitectura de las ciudades. Mi papá diseñó los planos de la casa que mi mamá disfrutará en el sur, y también los nuestros y los de sus nietos. Mi papá corrió por mí y mis hermanos», agregó.
Junto con lo que Nicolás Copano señaló: «Esa idea del “mejor papá del mundo” de las tarjetas, yo la tuve. Tuve a mi lado a un hombre que siempre tenía una palabra sabia para quien se le acercaba buscando algo. El dolor de no haber cumplido con la lista tradicional a veces aparecía».
«Y en estos días de agonía, me regaló frases sobre cómo van a llegar las cosas que no compartiré, porque hay cuestiones que son para uno. “Hay que ser honesto, pero no ser sincero porque se meten con lo que sientes”, me dijo cuando me vio complicado con pensamientos rumiantes», continuó.
Un desgarrador recuerdo
Además, Nicolás Copano escribió: «Hace unos días dijo que temía que su nieto lo olvide. En la cama, con las manos frías por el cáncer, le recordé que mi abuela me traía “cositas” cuando llegaba a saludarnos. “Eran dulces baratos, jaja”, se reía. Quizás fue la última vez que lo escuché reír. Como descubriendo que en realidad eso no le iba a pasar a él».
«Yo trabajo los domingos por mi padre. Mi padre trabajó por nosotros, para que estuviésemos bien. Nunca pasé frío ni hambre. Los juguetes llegaban, y si no, llegarían tarde o temprano. Papá era tacaño a veces. Y no corría riesgos. A veces sacrificaba el disfrutar, y eso era crítico. La herencia de la incertidumbre».
Para cerrar, Copano agregó: «Dicen que uno tiene que “matar al padre”. Para mí, la forma es disfrutar. Y también disfrutarlo. Así fue al máximo en sus últimos días cuando lo invité a comer, le compraba helado o lo que quería leer o ver. “Mi papá me regaló un Nintendo, ¿cómo no voy a devolvérsela?”, pensaba sin considerar el gasto. Una de nuestras últimas charlas en medio de su cáncer fue: “¿No hay deuda entre los dos?” “Ninguna”, respondió. Eso es la paz de lo bien hecho».