La noticia del lunes, recién pasado, es sin duda el hallazgo de un cuerpo esqueletizado en plena calle Las Talaveras, en Ñuñoa. El que prendió las alarmas sobre un posible asesinato ligado al crimen organizado y su llegada a un barrio residencial.
Pero lo que nadie se esperaba es el radical vuelco que se vivió en el caso. Luego de que la jornada de este miércoles 10 de abril, llegara hasta la casa de unas monjas a solo cuadras del lugar de los hechos, para luego trasladarlas a declarar.
El subprefecto Juan Fonseca, jefe de la Brigada de Homicidios Metropolitana, indicó que «iniciamos los trabajos el día 8 de abril, luego que se constituye el equipo de la Brigada de Homicidios, quienes hacen un trabajo con las osamentas halladas en el lugar. La maleta fue dejada por una adulta mayor, por lo que se hizo un seguimiento casa a casa tratando de ubicarla».
«Se ingresa a un domicilio, de forma voluntaria, se levantan evidencias y se logra la ubicación de esta persona adulta. Son religiosas, una madre y una hija, las cuales fueron trasladadas a la Brigada de Homicidios», continuó, de acuerdo a La Cuarta.
Revelan «pacto» entre dos de las monjas
Por otro lado, Fonseca señaló que «aquí hay un pacto. Esta persona la mantiene en el lugar por el cariño que le tenían. Ellas mantenían una amistad y manifiesta que habían hecho un compromiso las dos, que ninguna se iba a denunciar si fallecía una de las dos (…) ella la estaba cuidando, porque tenía una enfermedad».
«La médico experta determinó que no había lesiones traumáticas visibles, pero se están realizando las diligencias para determinar la identidad» cerró.
Para cerrar, se debe mencionar que el cuerpo encontrado hace unos días, es de una mujer de más de 60 años, la que al parecer murió a causa del cáncer.