El verano está a la vuelta de la esquina y con él llegan las insoportables olas de calor. Así que es mejor tomar en cuenta las precauciones para evitar las consecuencias.
Se espera que las temperaturas para esta época del año lleguen sobre los 40° en algunas zonas del país. Ante esto siempre es importante tener en cuenta algunos consejos para capear el calor y prevenir la exposición directa al sol.
Es importante tener en cuenta que la exposición prolongada y directa al calor puede afectar la salud, de modo que hay que estar atentos a los síntomas. Por ejemplo, la piel muy roja y seca son claros síntomas de deshidratación, así como el dolor de cabeza y los mareos. Por lo que se recomienda ingerir rápidamente líquido.
En casos en los que no se manejen adecuadamente estos síntomas iniciales. Se puede llegar a casos de emergencia donde se puede sentir letargo, alteración de conciencia o adormecimiento que pueden terminar en desvanecimiento o inconsciencia.
¿Cómo prevenir las consecuencias del calor?
Nunca está demás recordar la importancia del uso de protector solar y el consumo abundante de líquido, así que lo mejor es nunca olvidar nuestra botellita de agua para prevenir la deshidratación.
La radiación es otro factor importante que no hay que olvidar a la hora de salir a un lugar en el que potencialmente te expongas por mucho tiempo. Según lo que consigna Página 7, en estos casos lo mejor es andar con un gorro, con éste se disminuye la radiación directa en la cara y la cabeza, pero también disminuye la sensación de calor.
Dentro de lo más obvio, aunque fundamental, es retirarse de lugares expuestos a mucho calor, prefiriendo un sector con sombra o idealmente con aire acondicionado.
Hay que tener presente que nuestra piel debe respirar correctamente así que lo mejor es deshacerse del exceso de ropa. Ya que esto evita que la piel pueda eliminar adecuadamente el calor.
Por último, fuera de lo que muchos creen, el agua muy helada puede terminar provocando lo contrario de lo que se espera. En vez de generar un alivio, nuestro cuerpo se va a contraer ante el cambio brusco de temperatura y reaccionará a retener el calor. Lo mejor es refrescar la piel con toallas mojadas con agua un poco más tibia en zonas de pulso como cuello, tórax o zonas de flexión.