La noche de este lunes, se emitió un nuevo capítulo de ‘De tú a tú’, donde Martín Cárcamo conversó con Rafael Cavada, quien no dudó a hablar en extenso sobre su vida personal, además de su extensa carrera en el mundo del periodismo.
Es en este contexto que se refirió a su cobertura a la guerra de Irak. «Yo les dije ‘Se viene la guerra’ y anuncié que iba a ir yo. Cuando llegado el caso no me mandaron, me compré una cámara, reservé mis pasajes y le dije a mi jefa que o me mandaba o me iba. Fue un chantaje», admitió.
«Yo considero que las guerras son eventos traumáticos en la historia de la humanidad. Hay que darlos a conocer, hay que cubrirlos. Son además eventos donde el poder se desencadena, rompe las cadenas, sobre todo el poder militar, y por eso se cometen asesinatos, violaciones y torturas. Y denunciar eso es una función esencial del periodismo. Eso es lo que yo como periodista tenía que hacer», señaló.
Fue estando allá que vivió el evento más traumático de su vida, cuando presenció la muerte del camarógrafo español de Telecinco, José Manuel Couso. “Fue una de las cosas más terribles que me tocó ver. Niños quemados en hospital, ancianos heridos, mujeres heridas. Todas esas son cosas que después te hacen tener pesadillas”, indicó el periodista.
Rafael Cavada y la muerte de uno de sus colegas
Según recordó, todo partió cuando estaban en el piso 15 del hotel Palestine grabando en la habitación de unos periodistas mexicanos, desde donde la vista de los combates era mejor, y un tanque que estaba disparando se volteó a apuntarles.
“Disparó al hotel, pegó al borde de nuestro balcón y le pegó abajo nuestro a Taras Protsyuk –camarógrafo de Reuters– y a José Couso. A nosotros no nos mató sólo porque en ese momento alguien llegó y salimos del balcón con Jorge Pliego de Televisa. (El bombazo) le arrancó pedazos así de grandes al balcón. Si hubiera estado en el balcón me muero”.
Cuando Cavada entró a la habitación destrozada, aún grabando, tomó la decisión de priorizar ayudar al camarógrafo en lugar de seguir registrando lo que pasaba. “La bomba lo quebró entero, le fracturó todas las costillas, la clavícula, el fémur se lo fracturó en tres partes y se lo dejó expuesto, le arrancó un pedazo de pierna. Lo pusimos en un colchón, lo llevamos al ascensor, y de ahí a un hospital como a ocho cuadras. Yo lo ayudé porque consideré que ponerme a grabar no servía de nada. Cuando hay otra gente ayudando, uno graba. No soy tan valiente. Si el tipo estaba ahí y necesitaba ayuda, yo no podía mirar sin hacer nada”, señaló. Finalmente, José Manuel murió cuatro horas después por hemorragia interna.
“Esa noche lloramos todos”, recordó el reportero, recordando lo trágico que fue el incidente: “José Manuel había elegido quedarse ahí porque sentía que tenía una responsabilidad. Su familia le había pedido que se fuera y él dijo ‘No, mi familia tiene que saber lo que ocurre, mis hijas tienen que ver lo que ocurre’. Y sus hijas lo recibieron en una bolsa de plástico”.
El acontecimiento marcó la vida de Rafael Cavada por mucho tiempo, ya de vuelta en Santiago. “Aparecieron pesadillas. Recuerdo haber soñado con una niña que había visto herida, y levantaba la vista y era mi sobrina”, indicó.