De manera extraordinaria este lunes, en un nuevo capítulo estreno de “De tú a tú”, Martín Cárcamo recibirá en su casa al periodista Rafael Cavada.
El reportero de 54 años, que se hizo célebre por su cobertura de la guerra de Irak en 2003, hablará de su infancia en Uruguay, de su breve paso por la Fuerza Aérea y de sus inicios en el periodismo, siempre ligado a las noticias internacionales.
A propósito de eso, recordará el momento más traumático de su cobertura en Irak, cuando vio morir al camarógrafo español de Telecinco, José Manuel Couso, por un bombardeo en un balcón del hotel donde se alojaba. “Todas esas son cosas que después te hacen tener pesadillas”, apuntará Cavada, aclarando que escogió ayudarlo e intentar salvar su vida en vez de seguir grabando el ataque.
“Yo lo ayudé, porque consideré que ponerme a grabar no servía de nada. Cuando hay otra gente ayudando, uno graba. No soy tan valiente. Si el tipo estaba ahí y necesitaba ayuda, yo no podía mirar sin hacer nada”, señalará.
Además, recordará que el horror que vio tuvo consecuencias psicológicas en él. “(El bombazo) le arrancó pedazos así al balcón. Si yo hubiera estado en el balcón me muero (…) Aparecieron pesadillas. Recuerdo haber soñado con una niña que había visto herida, y levantaba la vista y era mi sobrina”, revelará.
También se referirá a la época más oscura de su vida, cuando, tras dejar TVN en 2006, se sumergió en una dura depresión que requirió que hiciera terapia. “No quería hacer nada. Me levantaba igual, soy súper funcional en ese aspecto, pero empecé a sentir que nada me interesaba. Y para mí sentir que mi trabajo no tiene propósito es como estar muerto en vida”, contará.
Rafael Cavada y su esposa
Finalmente, el periodista presentará a su esposa Fiorella, embarazada de su tercer hijo, con quien se casó en 2014 tras varios años de relación. Ella revelará lo difícil que fue para ella sobrellevar la popularidad de Rafael, especialmente con las mujeres.
“Cuando empezamos a formalizar, me empecé a encontrar con que no era yo la única persona a la que le gusta este señor. Yo fui hija única muchos años, no sé compartir, soy muy territorial, entonces ahí lo pasé mal”, dirá Fiorella, agregando que cuando salían a comer veía que todas las mujeres le guiñaban el ojo a Rafael.
“Al principio yo pensaba que todas las chilenas tenían tics nerviosos”, reirá. “Hoy me lo tomo con mucho humor, pero en ese momento no lo pasé bien. Me costó un montón”, admitirá.