Otro día más con El Rumpy y cada llamada en El Chacotero Sentimental tiene lo suyo. En esta ocasión «Escorpión» de 2.8 años nos dirige a sus recuerdos de hace 14 años; nuestro protagonista vivía tranquilamente en Puerto Montt hasta que sus padres se separan y lo mandan a vivir con la abuela en Santiago.
Abuela que no tenía mucho interés en el crecimiento de su nieto, así que comenzó una nueva vida pero esta vez en la capital. Como buena persona del sur, el joven explica que una de sus cualidades cuando chico era la amabilidad, cualidad que se impregna por la esencia que significa ser un sureño, a diferencia de lo que él menciona tienen las personas de Santiago.
Toda esa amabilidad estaba resultando bien con sus nuevos amigos hasta que una mamá de ellos empezó a tocarlo, actos que duraron aproximadamente 3 o 4 años. En su momento, para Escorpión como era su «primera vez» con alguien, no le pareció algo malo pero ya después de un tiempo comprendió que esto no estaba bien.
La situación incomodaba a Escorpión (claramente era abuso sexual) y le pedía a la señora que no continuara con esto; pero ella no quería aceptar la solicitud, incluso le daba dinero al joven o le compraba cosas.
La vueltas de la vida
Eso si, a pesar de la incomodidad, el joven recuerda que las recompensas que recibía por parte de la señora le gustaban y en ese momento El Rumpy le dijo que eso era prostitución a lo que Escorpión confirmó.
Ya cuando cumplió 18 años decidió comenzar el mundo de la prostitución, aunque después ocurrió un incidente que cambió su rumbo; en una junta familiar, de aquellas reuniones que son una vez a las quinientas, apareció una ex clienta de Escorpión que era esposa de un tío suyo.
En el momento la señora le pidió que no dijera nada y la conciencia del sujeto determinó que no iba a practicar nuevamente ese oficio sexual. El joven cambió de vida, con las ganancias recibidas comenzó a estudiar y ahora con 2.8 años ya terminó su carrera, tiene pareja y una hija.
«Ahora mirándolo fue una etapa súper difícil y quizás me gustaría que no lo viviera nadie«, reflexionó Escorpión.