La noche de este martes se emitió el final de temporada de ‘Mea Culpa, el regreso’, con la historia de Miguelina Espinoza; una mujer condenada a 20 años de cárcel por el parricidio de su pareja y que por primera vez decidió romper el silencio.
«Yo pensaba que era normal que me pegaran (…) porque cuando tenía 2 o 3 años, mi papá le pegaba a mi mamá y la dejaba botada» le contó la mujer a Carlos Pinto, afirmando que vivió una dura infancia por los golpes de su madre. «Yo creo que lo hacía porque nadie me quería».
Al dejar su casa con solo 16 años, conoció a Javier Molina, con quien empezó una relación y quien terminaría siendo su víctima. «Me aceptó en su casa, y me acostumbré a él desde los 16 (…) Recuerdo que a esa edad fue la primera vez que me golpeó y pensaba que era normal. Me partió el labio porque todavía no había hecho la comida».
La relación con la víctima
Tras esto, Carlos Pinto le consultó por la decisión de quedarse con Molina, quien era el padre de sus siete hijos, a pesar de todos los malos tratos denunciados; frente a lo que señaló que «no sabía qué hacer. Él me decía: ‘Tú sin mí no eres nadie, no serás nada’».
Pero uno de los momentos más impactantes del final de temporada de Mea Culpa, fue cuando Miguelina reconoció que el sujeto «no fue un mal papá, siempre les compraba las cosas, e incluso me hubiese gustado tener un papá como él».
Junto con esto, relató que cuando sus hijos ya estaban más grandes comenzó a «independizarse», lo que la llevó a recurrir a fiestas y al alcohol.
De acuerdo a lo que le comentó a Carlos Pinto, esta era la manera que encontró para escapar de sus problemas e incluso tomar el valor para enfrentarse a su pareja. «Yo decía que nunca, ningún hombre, me va a volver a tocar».
Aunque Miguelina aseguró que en sus planes nunca estuvo asesinarlo. «Si yo lo hubiese querido matar, lo hubiese hecho cuando tenía 16, no iba a esperar a que tuviésemos 27 años juntos».
El relato del crimen en Mea Culpa
Pese a que señaló que nunca lo planeó, finalmente en 2017 atacó con un cuchillo a Javier y le quitó la vida. En esos momentos aún estaba bajo los efectos del alcohol, pero Miguelina comprendió inmediatamente lo que había hecho.
«Fui a donde él estaba, lo abracé y le dije: ‘perdón, yo no lo quería hacer, no fue mi intención, no lo quería matar’. Mis hijas llamaron a Carabineros y me decían que era una vieja maldita» señaló; además de relatar que «a mí nadie me defendió. Todas mis hijas en mi contra».
«Lo injusto para mí fue que fui tan mujer para pedirle perdón a todos los que estaban ahí, a mis hijas, a la familia de él» siguió en su historia a Carlos Pinto.
Para cerrar, Miguelina aseguró en Mea Culpa que «me arrepiento de todo. De perder mi familia, de no estar con ellos. Yo aquí estoy muerta en vida. Le pido perdón de rodillas a mis hijas y a la familia».