No cabe duda que la pandemia ha traído una serie de consecuencias para todos. Las cuales no solo son económicas o físicas, sino que también gran parte de la gente ha visto afectada su salud mental de gran manera en este último tiempo.
Es en este contexto que en el programa ‘Palabra que es Noticia’ de radio Futuro, conversaron con el psiquiatra Alberto Larraín sobre esta compleja situación, además de la automedicación, el consumo de drogas y alcohol.
Para comenzar el profesional aseguró que actualmente «tenemos a uno de cada 3 chilenos con una patología de salud mental y el sistema está reventado. No hay hora con siquiatra o con sicólogo».
«Hay un montón de condiciones y problemas que tenemos hoy que son normales en relación a la situación que estamos viviendo: insomnio, problemas de concentración, andamos más torpe. Eso no se considera una patología» agregó.
Junto con lo que señaló: «El cerebro está tratando de hacer todo lo que se puede en un contexto de mucha tensión. Cuando uno de cada tres chilenos está con cuadros mentales, preocupa que no todos puedan acceder a asistencia para resolverlos. Cuadros depresivos, de llanto, problemas del sueño, problemas de violencia intrafamiliar, o se agudizan cuadros de base».
El apoyo que necesita la gente
«Estamos calculando que la gente que requiere apoyo bordea las 5 millones de personas y la capacidad de atención llega a las 800 mil en Chile. Se requieren cambios porque estamos como en una fase de negación que esto existe» afirmó el profesional sobre la salud mental en nuestro país.
Por otro lado, Larraín se refirió a los excesos, indicando que: «El alcohol baja la ansiedad y actúa con el mismo efecto de los ansiolíticos. Entonces hay quienes se tomaban una cerveza y ahora se toman 3. Ese aumento de consumo esta dado por los temas de salud mental».
«Hay gente que ha subido de peso por sobre consumo de comida chatarra. Eso te demuestra que tenemos pocas herramientas para manejar lo que está pasando. Esta no es la séptima plaga de Egipto, no es que tengamos que sobre reaccionar. Acá lo más importante es que las personas aprendan a mirarse y entiendan lo que les está pasando. A las personas les cuesta entender si tienen rabia, angustia o miedo».
Siguiendo por esta línea, el psiquiatra agregó: «En función de eso tengo que planificar mi día. Si estoy sobrepasado de angustia, no es mi día para terminar cosas pendientes. También tengo que dimensionar como están las personas que están en completo contacto conmigo. Eso me ayuda a distribuir las cargas y acompañarnos entre todos».