La noche de este miércoles se emitió un nuevo capítulo de ‘De tú a tú’ el programa de conversación de Martín Cárcamo que tuvo como invitado al intérprete nacional Adriano Castillo, más conocido como el Compadre Moncho y a su esposa la vedette Beatriz Alegret.
Para comenzar, el actor comentó que estudio para ser químico farmacéutico tras salir del Instituto Nacional. «Nadie me imagina de esta manera, todos creen que soy como el ‘Compadre Moncho’, ¡pero nada que ver! yo soy lo más opuesto que hay al Compadre Moncho, me gusta la jarana, claro que sí, pero no soy como el Compadre Moncho que es un irresponsable».
Siguiendo por esta línea, Castillo contó que tras egresar en su barrio de la comuna de Quinta Normal se formó un grupo de teatro. «Entonces de repente les faltó un actor y me dicen: ‘Oye por qué no nos ayudas, por qué no te haces un numerito'», tras esto le siguieron pidiendo ayuda con roles y finalmente en 1965 le dieron un rol protagónico.
Su experiencia con el LSD
Por otro lado, el Compadre Moncho confesó que «era muy lanzado», ya que se mandaba «Carrete de tres días, de dormir un rato, de tomarse un consomé y recuperarse y vamos de nuevo. Mucha piscola, pero muy poca droga».
Junto con esto contó que probó la marihuana en dos ocasiones pero que no le gustó, aunque sorprendió al confesar que una vez junto a 16 personas fue literalmente un ratón de laboratorio y probó el LSD.
«Yo me quedé sentado y no me moví de ahí y miré todo lo que pasaba. Había algunos que lloraban, otros que se ponían en situaciones fetales, otros andaban escondiéndose, tuvieron reacciones muy distintas. Yo quedé sentado, mirando esto, y me quedé ahí nomás» afirmó el Compadre Moncho.
Su rol en la política
Hay que mencionar que Castillo no solo es actor y químico farmacéutico, sino que ahora es concejal por Quinta Normal, así que no podía evitar referirse a la política. «Yo soy un tipo de izquierda, igual que mi padre» comenzó señalando, aunque admitió que nunca ha pertenecido a ningún partido político.
«Yo he sido un gallo cómodo, no me he arriesgado en algunos momentos, pero por comodidad y en eso yo tengo que ser crítico de mí mismo. Yo debí haberme ido al extranjero cuando Patricio Contreras y Jorge Guerra me dijeron: ‘Compadre, hay que irse de aquí’. Y tenían toda la razón. No fui un tipo de primera línea, no me puedo venir a dar de gran opositor a la dictadura (…) Yo debí ser más opositor» admitió.