Sin duda que el 27 de febrero del 2010 es una fecha que estará en la memoria de los chilenos por mucho tiempo. Ya que a las 03:34 de la madrugada, gran parte de nuestro país fue azotado por un terremoto de 8.8° en la escala de Richter, el cual fue seguido por un tsunami que terminó por arrasar algunas localidades.
Claramente que este gran movimiento telúrico no solo es recordado por ser el segundo más fuerte en la historia de Chilito, sino que también por cambiar varios aspectos que eran la norma al momento de la tragedia.
La creación del sistema de alerta
Hasta el fatídico día existía el Servicio Sismológico Nacional (SSN) que dependía de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile y solamente se encargaba de monitorear la localización de los sismos y su magnitud en horario de oficina, por lo que al momento del terremoto no había nadie en el lugar.
Es por esto que pasó a llamarse Centro Sismológico Nacional (CSN) y aumentó en una gran cantidad su número de trabajadores.
Además el Centro de Alerta Temprana (CAT), de la Onemi, implementó el Sistema de Alerta de Emergencias (SAE), el cual envía un mensaje de texto a los teléfonos en caso de que se produzca alguna emergencia sin importar el colapso de las líneas. Es más este estuvo en la noticia recientemente por un error de envío.
SHOA
Sin duda que una de las mayores críticas que dejó el terremoto fue el actuar de la Onemi y del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA), quienes mantuvieron en una serie de descoordinaciones al momento de actuar que terminaron en tragedia.
Pues el tsunami que arrasó a gran parte del país no tardó en llegar a los pocos minutos, llegando en primer lugar a la isla Robinson Crusoe. Aunque las autoridades no hicieron el llamado a evacuar a tiempo y además retiraron la alerta demasiado temprano, lo que terminó con más de 100 personas fallecidas.
En relación a esto, Ricardo Toro, director de la Onemi conversó con Efe, donde se refirió a la situación actual. «Antes nos demorábamos veinte minutos en determinar si se iba a producir un tsunami (después de un fuerte sismo), y ahora solo cinco minutos. Es una diferencia tremenda».
Cambios en la regulación
Debido a la gran destrucción que dejó el terremoto especialmente en Concepción, donde un edificio se derrumbó dejando varias víctimas fatales, se impulsó una renovación a la Ley General de Urbanismo y Construcciones y la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones.
Según lo que señala radio Duna, algunos de los cambios que se incluyeron para construir edificios se encuentra: «una mejor clasificación sísmica del tipo de suelo donde se emplazará la edificación, y espesores mínimos para los muros y un “confinamiento” de los extremos de los mismos en nuevas construcciones».
Las víctimas que dejó la tragedia
No se puede hablar del terremoto sin recordar a las víctimas que dejó la tragedia, pues de acuerdo a las cifras oficiales, 521 personas perdieron la vida, mientras que 52 desaparecieron y cerca de dos millones terminaron damnificadas. A esto se suman los 106 fallecidos por el tsunami.
Por otro lado hay que mencionar que más de 370 mil hogares se vieron afectados por el sismo, además de 133 hospitales y 6.168 establecimientos educacionales.