Durante la mañana de este viernes, Carlos Pinto fue invitado al matinal ‘Contigo en la Mañana’, donde recordó la entrevista que le realizó el 2006 a Hugo Bustamante para el programa ‘Mea Culpa’, a raíz del crimen que cometió en contra de su ex pareja y el hijo de ella.
En conversación con Julio César Rodríguez y Monserrat Álvarez, el comunicador partió explicando que él se contactó con el sospechoso del asesinato de Ámbar porque «el caso que lo sindica por criminal por segunda vez, tenía todo el dibujo delincuencial que una buena historia, desde el punto de vista dramático, nos atrajo».
«Él, como sucede en muchos de estos casos donde el personaje tiene características psicópatas, son muy atrevidos, muy temerarios y les gusta estar en la cornisa, de modo que no fue muy difícil que él accediera a esta entrevista, sostuvo sobre Bustamante.
Siguiendo por esta línea, indicó que «yo creo que él necesitaba contar esto, pero no desde el punto de vista de un desahogo personal, sino de adquirir algún prestigio entre sus pares, para tener más comodidades y desplazamientos dentro del recinto penal».
«Yo me impacté muchísimo cuando estuve con él en la entrevista, porque me encontré con un tipo que tiene un decir bastante fluido, pareciera que tiene algún grado de educación, en consecuencia que su educación es básica, elemental», continuó.
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«No obstante, al parecer tiene una cantidad de viajes por Latinoamérica que le permiten, probablemente, un hablar distinto y mucho más entendible. Eso me impresionó a mí en esa ocasión», dijo Pinto.
«En su relato, lo que él me va explicando, tiene toda la conducta de un psicópata porque una serie de preguntas claves en relaciona lo que él hizo, como que me fueron dando un perfil que me hace trastabillar, porque él hace una suerte de filosofía con su relato y después va agregando información donde quiere parecer un poco víctima», sostuvo Carlos.
En esa línea, comentó que «cuando él comete el delito, explica como se da esta relación, pero cuando el delito se consuma, él dice que tiene un vacío, dice haberse enceguecido, no tiene recuerdos de eso y, claramente, está negando la parte más importante, porque eso significa un reconocimiento cabal y una culpabilidad casi intencionada del delito que el cometió».
Carlos aseguró que Hugo Bustamante tiene la inteligencia propia de un psicópata, pese a que él asegura no acordarse del momento exacto en que cometió su primer crimen.
Según Pinto, «él, al querer borrar ese espacio, se libera de muchas culpas”. Sobre esto, explicó que cuando uno le pregunta a un criminal qué es lo que lamentan, muchos apelan al factor emocional o de la consciencia, pero este no fue el caso de Bustamante.
En el caso del “asesino del tambor” es diferente, ya que cuando Pinto le preguntó sobre esto, él le habló de su error: el no haberse dado cuenta que el tarro metálico donde metió a sus dos víctimas, tenía un pequeño agujero.
Esto quiere decir que Hugo Bustamante estaba más preocupado de los daños colaterales, ya sea el ser descubierto o detenido, que del daño que causó con su crimen.
«Aquí claramente una preparación de él, son delitos que están establecidos previamente en su mente, y que sólo espera el punto para poder llevarlo a cabo. Él tuvo todo un plan en los dos primeros crímenes, de manipular a su víctima pareciendo una pareja común y corriente, y lo que hace él es destruirla desde todo punto de vista, no solo del lado económico, sino que le quita la personalidad a una profesional», argumentó.
«Para que exista un victimario, en este caso Bustamante, debe existir una víctima, y él va eligiendo en su caminar a personas que puede seducir. Si eso funciona, da el paso siguiente”, sostuvo Carlos Pinto.
«Estamos frente a alguien que actúa siempre con premeditación. Todo esto fue una crónica de una muerte anunciada», dijo sobre la terrible muerte de Ámbar Cornejo, asegurando que era algo que se podría haber evitado perfectamente y que pronto, cuando se hagan las investigaciones pertinentes, muchos creerán.
Para Pinto, «Ámbar no tuvo gratuitamente problemas con él, ella lo investigó bastante, supo quién era y supo lo que hizo, por tanto, nunca comprendió porque su madre había llegado a abandonarla a ella misma, prefiriéndolo a él antes que a su propia hija».