En conversación con Jordi Castell para el programa de revista Velvet ‘El Aperitivo’, Jorge Zabaleta habló sobre varios aspectos de su vida. Pero lo que más llamó la atención fue que se refirió a cómo se ha enfrentado a llegar a los 50 años, los que cumplió el pasado 18 de abril.
«Uno se empieza a aislar solo, entonces de repente le di como un vuelco a mi vida, quiero otra cosa, renuncié a las teleseries por un tiempo, ya no quiero estar más ahí, no quiero que ese sea mi lugar. Sentí que cumplí 50 y fue como ‘ya, tengo que hacer otras cosas, tengo que bajar un poco, tengo que conectarme más con mi país, con mi gente'» señaló el actor.
Siguiendo por esta línea, Zabaleta agregó: «Quiero hablar con la señora Juanita, tengo una deuda porque la señora Juanita ha sido muy generosa conmigo. Yo ya he recibido mucho, la gente ha sido muy cariñosa conmigo y digo: qué vamos hacer ahora, desde dónde quiero trabajar ahora».
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Además el locutor de Radio Concierto comentó que para él fue muy difícil llegar a esta edad. «Me pegó fuerte los 50, encontré que se me va la vida, encontré que era terrible, los 40 lo pasé piola, pero los 50… Me quiero comprar un convertible, sacar la guata, tener calugas. Estoy hecho mierda, no sé qué hacer, necesito decirlo para poder asimilarlo y se me pase la estupidez».
«Reconozco que me pegó weon y he tenido buena adultez, buena genética, mis papás se mantienen bien. No estoy dispuesto a sacrificarme por tener un mejor look, si pongo todo en la balanza, no lo voy hacer, lo asumo y te lo digo: dejé de fumar, llevo 10 meses sin fumar, me costó 10 kilos, estoy 10 kilos arriba de mi peso. Finalmente estoy feliz, estoy tranquilo, no volvería atrás, no volvería a tener 30 años» agregó Zabaleta.
«Uno se da cuenta que la juventud es un tesoro muy preciado. Eres atractivo por el simple hecho de ser joven, abandonar esa riqueza de la juventud… igual hay algo ahí. La juventud uno lo nota en otras cosas, uno lo pierde físicamente, de aspecto, se te chupa el culo, te sale la guata y la pata flaca, y uno dice: me estoy convirtiendo en mi mamá. Estoy en la transición. Yo me miro en el espejo con calzoncillos y calcetines y digo: mi mujer me tiene que querer mucho» cerró.
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