Una de las tareas de los científicos ha sido encontrar el origen del Covid-19. Esa búsqueda ha dado un nuevo paso con el hallazgo de un patógeno similar, presente en los murciélagos, con el que comparte un 93% del material genético. Aunque no se trata de un antecesor directo, el virus recién descubierto, llamado RmYN02. Presenta una particularidad que, hasta ahora, parecía única del actual coronavirus. Lo que sugiere que se trata de una característica natural que ha evolucionado en ambos patógenos.
Cabe recordar que la referida singularidad, localizada en la zona del genoma relacionada con su capacidad de infectar personas, había despertado ciertas suspicacias. En el sentido de que podría ser fruto de una manipulación intencional en el laboratorio. Por ello, la aparición de un mecanismo genético similar en otro coronavirus apunta a que el proceso, por enrevesado que parezca, ocurre de forma natural.
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Así se desprende del estudio de 227 murciélagos procedentes de la provincia china de Yunnan y atrapados entre mayo y octubre de 2019. Como es sabido, los murciélagos albergan distintas clases de coronavirus, incluidos otros familiares cercanos del que provoca el Covid-19. El coronavirus recién detectado, sin embargo, no parece que sea capaz de infectar a personas. Ya que difiere significativamente en algunos aspectos del genoma responsables de que el virus se adhiera a nuestras células.
La referida característica que el Covid-19 comparte con este virus nuevo, y que distingue a ambos de otros coronavirus conocidos, se encuentra en la proteína Spike. La cual contiene cuatro inserciones de aminoácidos en la unión dos subunidades (S1 y S2). El recién descubierto RmYN02 también presenta esta propiedad. No de forma idéntica, lo que indica que no se trata de un evento evolutivo único, pero las similitudes son suficientes para mostrar que esta clase de procesos se producen sin necesidad de manipular el virus artificialmente, consigna El Mundo.
La proteína, al ser una de las claves para que la infección se produzca, está en la mira de varios proyectos que buscan una vacuna contra el Covid-19. De hecho, lograr anticuerpos dirigidos contra esta proteína resultó una de las vías más eficaces en el desarrollo de vacunas contra el SARS-CoV. Causante de la epidemia de SARS en 2002. Aquella vacuna nunca llegó a completarse, pero su desarrollo parcial ha servido ahora de inspiración para acelerar la búsqueda de una solución contra el Covid-19.