En muchas ocasiones la soledad es opcional. Sin embargo, cuando no es deseada puede ser realmente perjudicial para la salud, e incluso, ser un factor de riesgo para desarrollar demencia.
A esa conclusión llegaron investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid tras analizar los datos de más de 20.000 personas, con lo que se podrán diseñar intervenciones psicológicas o sociales que podrían servir para prevenir o retrasar la aparición de la demencia.
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El desarrollo del estudio se centró en identificar factores de riesgo que pudieran ser modificables y que pudieran ayudar a prevenir o a retrasar la aparición de esta enfermedad, como consecuencia del envejecimiento de la población y a las estimaciones acerca del aumento de personas con demencia en las próximas décadas.
Los investigadores comprobaron que uno de esos factores podría ser la soledad no deseada, la cual se ha relacionado ya anteriormente con el empeoramiento general del estado de salud, con la depresión e incluso con la mortalidad prematura, consigna 20 Minutos.
Los estudios sobre los que han trabajado los investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid sumaban un total de 21.525 participantes, todos ellos mayores de 65 años y procedentes de América, Asia y Europa, y ninguno de ellos padecía demencia cuando comenzaron los estudios.