Un sorprendente caso se dio en Emiratos Árabes luego que una mujer despertara luego de pasar casi 30 años en coma.
Se trata de Munira Abdulla, una madre que en 1991 (por ese entonces de 32 años), iba camino a buscar al colegio a su hijo Omar de tan solo 4 años en la ciudad de Al Ain. Sin embargo, todo cambió cuando el automóvil en que viajaba fue impactado por un autobús, donde la mujer sufrió un fuerte golpe en la cabeza lo que le provocó una lesión en el cerebro que la dejó en estado vegetal.
«Mi madre estaba sentada conmigo en el asiento trasero. Cuando vio que se acercaba el choque me abrazó para protegerme del golpe. No había teléfonos móviles y no podíamos llamar a una ambulancia para pedir ayuda. La dejaron así durante horas», dijo su hijo Omar.
También te puede interesar: Conejo encontró misil de guerra enterrado en un patio de Las Condes
Tras el accidente, fue trasladada a un centro asistencial donde determinaron que debía ser llevada a un hospital en Londres. Tras ser tratada sin éxito, la declararon en estado vegetativo, según señala El Mundo.
Así pasaron los años, alimentándose por tubos y recibiendo fisioterapia para que sus músculos no perdieran fuerza y no se atrofiaran. Su hijo Omar la visitó todos los días y le hacía compañía por horas. Fue trasladada en múltiples ocasiones sin que su estado mejorara. Cuando las esperanzas ya casi se perdían, en 2017 la familia de Abdulla recibió una ayuda económica para un programa integral en el hospital Schön Klinik Bad Aibling de Alemania.
En ese lugar comenzó a recibir tratamientos para mejorar su calidad de vida. El milagro ocurrió en junio de 2018, cuando Abdulla comenzó a moverse. Tres días después, su hijo Omar estaba durmiendo junto a la cama de su madre cuando se despertó porque alguien decía su nombre: «¡Era ella! Decía mi nombre, yo volaba con alegría; durante años he soñado con este momento, y mi nombre fue la primera palabra que dijo!», dice su hijo.
Hoy, aunque sigue recibiendo tratamiento y rehabilitación en el hospital, su vida y la de su familia cambió radicalmente. Tras 27 años en coma, Abdulla está de vuelta. «Nunca perdí la esperanza, siempre tuve el sentimiento de que ella se despertaría algún día», dice su hijo.