Sin duda, Pancho Saavedra es uno de los personajes más queridos de la televisión chilena. Y eso se deja notar en redes sociales por el amplio apoyo que recibe por parte de sus seguidores en todas las ocasiones que ha decidido apoyar diversas causas y personas, pero también se lleva el aplauso cuando cuestiona a varias figuras poderosas que se han visto en la polémica.
Es más, uno de los episodios más recordados del animador, fue cuando emplazó al presidente del directorio de Gasco, Matías, Pérez Cruz, luego de que se viralizara el video donde expulsa a tres mujeres del lago Ranco. En esa ocasión Saavedra decidió regalarle un viaje a las Torres del Paine a las afectadas, publicando una fuerte crítica en su cuenta de Twitter.
«Basta de denostar, basta de creerse superior o con capacidades prohibitivas porque tienes tres ceros más en tu cuenta corriente» escribió en la red social.
Sobre su comportamiento, Pancho Saavedra habló con BioBio Chile, asegurando que no puede quedarse ajeno a temas de contingencia, sobre todo si estos afectan a otros. «Vengo de una familia que ayuda mucho. Y que más que ayuda, se preocupa por el prójimo. No es como que ayuden y que den 5 lucas. Es gente que se preocupaba por los demás, y eso uno lo hereda».
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Es más, contó que su rol de animador, lo toma como un rol social. «Yo tengo una responsabilidad, y al estar en un medio de comunicación tú puedes, de alguna manera, canalizar tus energías en las cosas que a ti te motivan en la vida».
Al ser consultado por sus opiniones en redes sociales, Pancho asegura que es algo innato. «Soy responsable con lo que hoy día estoy haciendo (…) por eso opino, a veces me he equivocado. Yo soy muy de sangre caliente».
Junto con esto, comentó que fue un error tratar de ‘imbécil’ a José Antonio Kast, luego que ironizara con el mapudungún. «Le podría haber dicho lo mismo de otra manera, porque por supuesto que me molestó su entrevista, muchas cosas».
Eso si, Pancho Saavedra aseguró que ha dejado de creer en Twitter, pues todo es muy polarizado. «Es una red social de una élite de izquierda y derecha, muy extrema, donde la gente no tiene capacidad de dialogar, donde hay agresiones y ofensas. Eso me tiene muy aburrido».
Finalmente afirmó que de todas formas aprendió a bajar las revoluciones. «Bajé un poco los decibeles, prefiero ayudar. Si de repente tengo alguna opinión que dar, la doy. Pero ya me voy a aprender a controlar en ese tipo de cosas».