A través de redes sociales comenzó a viralizarse este martes el relato de Laurie Woodruff, una mujer que se volvió mundialmente conocida al reconocer su adicción al sexo.
Woodruff dio una entrevista al diario británico The Sun y confesó que «he perdido la cuenta de los hombres con los que he tenido sexo», además de afirmar que semanalmente se acostaba con un número incontable de personas, pues «nunca podría conseguir suficiente».
Tanta era la adicción de la mujer que un día «mi ex incluso me llevó a una gran fiesta en Liverpool donde me vio tener sexo con seis hombres al mismo tiempo» relató y además aseguró que muchas veces mantenía relaciones sin tener ganas.
«Dormía con varios hombres incluso cuando ni tenía ganas. No podía controlar el deseo. Supongo que quería la emoción de una conexión» fue su confesión.
También te puede interesar: Fans de Becky G se picaron porque cantó Mayores con Bad Bunny en concierto después de Viña
Laurie también contó que de un momento a otro su disfrute sexual ya no era igual desde el principio, pues «estaba en un momento de desesperación vacía. En un minuto estaba divirtiéndome y luego estaba agobiada. Me asusté».
Junto con esto decidió que debía realizar un cambio en su vida, sobre todo por el bienestar de su pequeño hijo Henry. Sobre esto señaló que «nunca tenía suficiente, pero me di cuenta que esto podía afectarlo y busqué ayuda».
Y afirmó «Tenía a mi hijo en frente pero yo estaba muy ocupada con mi obsesión por el sexo, escribiendo a hombres y dándoles prioridad por encima de él».
Tras darse cuenta de que su adicción estaba afectando su condición de madre, decidió inscribirse en un programa. Allí «quedé impresionada al darme cuenta lo parecidos que todos éramos. Muchas mujeres tuvieron los mismos problemas de infancia que yo, familias disfuncionales, vínculos abusivos o abandonos. Sentían la vergonzosa urgencia de acudir al sexo una y otra vez».
Actualmente Laurie lleva cuatro meses sin relaciones sexuales -su mayor tiempo en abstinencia- lo que la hace sentir muy bien, ya que «antes no podía decirle ‘no’ al sexo. Pero ya no estoy en ese lugar de desesperación. Ahora medito y ya no estoy siempre en mi teléfono buscando un encuentro. Me enfoco en Henry».