la historia de Brianna Rawlings está dando la vuelta al mundo debido al sacrificio que decidió hacer para dar una oportunidad de vivir a su hijo Kyden: la enfermera australiana de 19 años tomó la opción de no tratarse la leucemia que la afectaba hasta que el pequeño naciera.
La adolescente, de Sydney, solo estaba embarazada de 17 semanas cuando le diagnosticaron una forma rara y agresiva de cáncer de la sangre. Se le dio la opción de interrumpir su embarazo o llevarlo a término pero demorando el tratamiento.
Su decisión de continuar con su embarazo redujo sus posibilidades de supervivencia. Sin embargo, se vio obligada a dar a luz tres meses antes, ya que comenzó a sufrir dolores y fiebres insoportables, recoge The New York Post.
Lamentablemente, el bebé murió solo 12 días después de haber nacido, a raíz una infección estomacal. «Esos 12 días que pude pasar con mi bebé Kyden, abrazándolo y hablando con él ¡fueron tan especiales, fueron los mejores 12 días de mi vida!», dijo la joven tras la muerte del pequeño.
Las imágenes en las que se puede ver a la madre y su bebé después de que Kyden llegara al mundo se hicieron virales y la historia fue recogida por medios de todo el mundo cuando el pasado 29 de diciembre Brianna falleció, poco después de haber cumplido 19 años.