Conmoción ha generado en Yukon, localidad al extremo noroeste de Canadá, la muerte de una mujer y su hija de diez meses que fueron atacadas por un oso grizzly el pasado lunes.
Ella, la niña y su marido se encontraban vacacionando y el cazador se encontraba revisando las trampas que había puesto en el perímetro para ese mismo animal, pero cuando volvió a la cabaña, se dio cuenta que el oso iba a atacarlo, logró dispararle y lo mató.
Sin embargo, lo peor estaba por venir: Al llegar a la cabaña descubrió que momentos antes el animal había atacado a las dos mujeres más importantes de su vida: «Es un gran, gran golpe. Todo el mundo está totalmente devastado en este momento”, dijo Rémy Beaupré, amigo de la pareja.
En Youkon hay cerca de 7000 de estos osos pero es muy raro que ocurran este tipo de desenlaces. El último de ellos fue hace más de una década. Sin embargo, este tipo de animales es conocido por su ferocidad por lo que recomiendan no acercarse a las zonas donde viven.
Un ejemplo de ello quedó plasmado en «Grizzly Man», documental de 2005 del director alemán Werner Herzog, que trata sobre las filmaciones y puntos de vista de Timothy Treadwell, un ecologista que por más de 10 años pasó sus veranos en el parque nacional y reserva Katmai, en Alaska, donde comenzó a habitar con los osos grizzly, creyendo que los animales ya lo habían aceptado.
En 2003, hacia el final de su décimo tercera visita, fue atacado, muerto y en parte comido por un oso. Su novia, Amie Huguenard, corrió la misma suerte.