Hace algunas horas les contamos la historia de Carlos Duarte, chiquillo argentino que se hizo viral en redes sociales luego de que se publicara un curriculum que hizo a mano por no tener luquitas para imprimir -revisa los detalles-.
Y en un tiempo donde muchos creen que la gente se vuelve cada vez más fría e individualista, ocurre algo que demuestra lo contrario. A través de Facebook y Twitter millones de usuarios que conocieron su historia iniciaron una campaña para ayudarlo a encontrar pega y funcionó.
Sí, porque la noticia llegó a oídos y ojos de la Municipalidad de Córdoba, desde donde se contactaron con él para darle trabajo en una fábrica de vidrios, en la que empieza a trabajar este jueves durante ocho horas en turnos rotativos.
«No le puedo pedir más a la vida. Haber conseguido un trabajo fijo, en blanco, con horarios y un sueldo era lo que anhelaba… Yo no quiero planes sociales, subsidios, yo quiero arremangarme y laburar. Nunca perdí la fe», dijo al diario Clarín.
¡Bien por él!