Shimmi Munshi tiene 41 años y es la envidia entre sus amigos y familiares por verse como una lechuga fresca, tanto así, que muchos pensaron más de alguna vez, que era la polola de su hijo de 20.
Pareciera ser que la guapa y joven mujer, encontró la fórmula de la eterna juventud. Y es que mientras que con el paso de los años a todos le comienzan a aparecer los signos de la edad, ella parece rejuvenecer. A tal extremo, que en miles de ocasiones ha debido mostrar su carnet de identidad para confirmar que es mayor de edad.
«Cuando mi hijo era más joven, las personas que no sabían de nosotros suponían que éramos hermanos o pareja. Cualquiera que no nos conociera simplemente lo trataba como si fuera mi novio», contó Shimmi a The Sun. Agregando que, «una vez nos fuimos de vacaciones a Polonia, donde había reservado una excursión, y el guía turístico no creía que éramos mamá e hijo, insistió en que éramos una pareja y Ameen estaba muy avergonzado».
Sin embargo, no todo puede ser tan bueno como parece, ya que a pesar de que es dueña de belleza y juventud, Shimmi sufre una rara enfermedad llamada gastroparesia, que la hace vomitar hasta sesenta veces al día, por lo que los últimos diez años ha pasado entrando y saliendo de hospitales.
A eso, se suman los comentarios de los mal pensados que la acusan de haberse hecho una serie de recauchaditas, mientras que ella asegura que solo ha tenido suerte por la buena genética. «Nunca me he hecho una cirugía estética y mi rutina de belleza consiste en toallitas húmedas para bebés y cualquier crema hidratante que esté en oferta especial en el supermercado!», confesó.