El estudiante descubrió que hay un microorginismo que ayuda a disminuir la contaminación.
Recién en cuarto medio, Jorge Miles, alumno del Instituto Luis Campino de Providencia analizó: “Si las plantas crecen adentro (de neumáticos) es porque hay microorganismos circulando: ¿servirá alguna de estas bacterias para enfrentar la contaminación producida por los neumáticos?”
Fue así que comenzó su investigación, teniendo como centro de operaciones el bosque Chuchunco en Estación Central, el que fue anteriormente un vertedero lleno de caucho enterrado. De aquí se tomaron muestras y se concluyó que había presencia de dos organismos: la bacteria cocacea gram positiva y el hongo dorado, caracterizados por sus capacidades de eliminar caucho en el proceso de alimentación.
Jorge Miles dijo que “tienen gran potencial de actuar sobre este material y lograr algo increíble: pasar de mil a sólo 10 años en degradarse”, lo que significaría un gran avance medioambiental.
Además se trabaja en un “birreactor artesanal”, con el que esperan comprobar su teoría, evidenciar la eficiencia de las bacterias, y buscar la fórmula que permita la disminución de la contaminación por caucho.
Destacan que el valor de este producto podría ser de entre 10 mil y 15 mil pesos, en contraste con los ya existentes que fluctúan los 2 millones de pesos.
“Se podría implementar como un spray biológico en los últimos dos años de vida útil de un neumático, para que mientras se esté desgastando comience el proceso de degradación”, explicó el estudiante.
Para 2023, serán más de 4 mil millones los neumáticos desechados en todo el mundo y, si bien parte de ellos se recicla, por lo general van a parar a los campos o al mar.