Matías Leiva es un joven chileno que demostró que siempre se puede salir adelante, y es que cuando estaba en una situación muy crítica, buscó la forma de solucionar todos sus problemas.
El joven de 26 años estaba lleno de deudas, y con solo seis mil pesos que tenía en su bolsillo fue a comprar jamón, queso, harina y levadura. Con eso se puso a amasar pan, lo que luego salió a vender a la calle.
Lo que no esperaba es que tiempo después pudiera ser el dueño y fundador de su negocio, con el que gana más de 2 millones de pesos al día.
«La Insolencia» es el nombre del negocio de Matías que ofrece y vende sandwiches en la calle, y espera seguir adelante con nuevas ideas.