Nunca le había pasado en seis años, pero después de terminar depilando con la boca a una «rusa», la esteticista «Bullanguera» ya no puede mirar de la misma forma a sus clientas.
La mujer le pidió ayuda al Rumpy, porque hace unos días una chica muy guapa llegó a depilarse a la brasilera, pero al final terminó agarrando la cabeza de la esteticista directo a la «canoa», lo que se transformó en una locura hasta la noche.
Ahora a todas las clientes las mira con la «maldad», pero como le dijo el Rumpy hay pegas buenas y pegas malas, así que «váyale calladita».