Es sabido que en entrenamiento los chiquillos aprovechan de jugosear entre ellos.
Y así mismito, en esa movida, es que Arturo Vidal se manda pedazos de jugadas.
Este fue el caso, que se mandó el gol más imposible del mundo; chuteó, pasó la reja y metió la pelota en el arco del otro lado.
Cachen el videito: