Chiquilla, antes de irse en cana, pololeaba con un flaquito que también se fue precioso. Una vez en la cárcel, la loca se empezó a fijar en otra mina, para no estar solita.
Como a la cabra no quiso perder el tiempo, ni aburrirse, también se dedicó a coquetear con un gendarme y una vez que quedó libre, se lo comió con papas, a tal punto que quedó embarazada.
Mientras ella estaba bien guatona, salió su ex de la cárcel y ella volvió a meterse con él, despachando al gendarme por lapa y pegote, pero cobrándole la pensión.