Apenas le presentaron a la mina de su amigo, el flaco quedó alucinando con la loquita linda. Como vivían en un pueblo pequeño, se veían todos los días, pero no más que un ‘hola’ y ‘chao’.
Hasta que una vez, el amigo curao, lo ivnitó a su casa para que pudiera incursionar con su pareja, porque ella también le tenía ganas.
Y ya no vale seguir contando la historia, porque el flaco se esmeró pa relatar la historia con el fin de que todos visualicen su hermoso momento sexual: