Marinero machista trabajaba en barcos que transportan mercancía a lo largo del mundo, de un país a otro.
Llegaron a Argentina y se bajaron a un estilo puticlub, donde estaba lleno de mujeres guapas que cobraban por los mejores servicios.
Como estaban todos necesitados, se bajaron, se entusiasmaron con las tetis y los potits tanto, que ni cacharon que se les pasó la hora y su barco se fue sin ellos.
Al estar sin documentos casi se van preciosos…